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dissabte, 17 d’octubre del 2020

Un libro nos trajo hasta aquí.

     Me ha sucedido varias veces, que un libro o su autor o autora me lleva a un viaje. Fue así con Julio Cortázar, con Gioconda Belli, con Gabriel García Márquez y con Antonio Machado. Hace dos años leí un libro, de un periodista marroquí, Hischam Houdaifa, en el que , para hablar de "Las olvidadas del Marruecos profundo", mencionaba los centros de escucha de la ciudad de Casablanca.  Había recomendado el libro Alberto Mrteh, en su blog El zoco del escriba.
 
    Yo había estado allí meses atrás, me pareció una ciudad caótica en la que no era necesario pasar allí más que lo justo para ir a ver la Mezquita. Sin embargo, me llamó tanto la atención lo que se contaba en el libro, que me puse en contacto con el periodista, para que me facilitara contactos en la ciudad para visitar uno de los  centros que menciona en su libro-denuncia " A la mujer y a la mula, vara dura. Las olvidadas del Marruecos profundo".
     
Hicham y Chadia, con PROSUD.
    Y bien, inesperadamente, me dijo que si iba a Casablanca, que pasara por su despacho, en el centro, y nos conoceríamos. La curiosidad por mi trabajo aquí con mujeres, la mayoría de ellas marroquíes, víctimas de trata y de violencia de género, fue el motivo de su invitación. 

    Después de una auténtica ginkama por la caótica Casa (como la llaman los marroquíes), sorteando rotondas, calles sin numeración que se bifurcan en dos, personas a las que preguntaba y me indicaban mal, conseguí llegar al edificio en el que Hicham y su mujer tienen la editorial "En toutes lettres". El portero amablemente me indicó el camino, en un laberinto de pasillos y ascensores imposibles de entender si es la primera vez que acudes al sitio. Casi igual que en el día anterior corriendo por Rabat en busca del centro anarquista. Las indicaciones son, pensé, como en Mallorca: ¿ves aquel semáforo de la derecha? pues no es allí, es a la izquierda...", tal cual en la isla, la cosa es liar al personal a ver cómo se las apaña para llegar a destino. 

    Bien, sorteados los obstáculos, me abre la puerta un despeinado y larguirucho hombre de una edad indefinida : no és un marroquí típico, tiene un aire especialmente bohemio, casi me parece más un colombiano de Bogotá. Lo primero pido disculpas por que en realidad era el día anterior cuando teníamos cita, pero bajo mi insistencia, accedió a vernos al día siguiente. "Disculpas, el tren, no me aclaraba en la ciudad, si, es imposible en Marruecos llegar a tiempo,  dime, por qué te interesa tanto el libro, ¿qué tienes que ver tú en Mallorca con estas historias?"

    Y le cuento, que en Mallorca llevamos  años atendiendo a mujeres marroquíes, a las que ahora ya vamos conociendo mejor, pero que hay realidades que él nos acerca en el libro a través de las entrevistas, que me han ayudado a entender algunos hechos. Otras, las historias más duras , las de las mujeres prostituidas del barrio de Sbata, me han resultado casi insoportables de leer, por su crudeza. Y, quería acercarme a una de las asociaciones que las atiende, para saber en qué consiste su trabajo, y cómo podemos mejorar la atención a las mujeres con más dificultades. La conversación fue interesantísima, yo no quería robarle más tiempo, pero fue Hicham quien me explicó que estaba preparando un libro sobre la situación de la infancia en Marruecos, y que, recién había salido un libro con su editorial sobre las Señoras de la fresa, escrito por Chadia Arab. Me regaló un ejemplar, aún en francés, que leí con fruición de camino a Mallorca, pues sospechábamos  que algunas mujeres procedentes de Huelva habían llegado a la isla engañadas, para ser prostituídas. Este libro fue una ayuda estupenda para aclarar el caso de una mujer que atendíamos en el servicio de atención a mujeres víctimas.

    Y, al final de la entrevista, le pregunto: "Hicham, ¿tú irías a Mallorca a presentar tu libro?. ¡Excelente idea, cuando me digas!". Tanto, que en Marzo del 2020, un año después, él y Chadia estuvieron entre nosotros en una visita relámpago, inolvidable. Presentación en Palma, en Llibreria Lluna, entrevista en Diario de Mallorca,  dos sesiones en las Jornadas de Trabajo Social organizadas por el alumnado de la UIB,  y , lo mejor, un encuentro de los dos investigadores con Aina Pérez Duran y las mujeres del Projecte Acollida, unas cincuenta,  procedentes de Marruecos, residentes en Manacor. Esto fue el 12 de marzo de 2020, antes de que el COVID cambiara el panorama mundial y ellos tuvieran que regresar precipitadamente a sus respectivos hogares, Hicham en Marruecos, Chadia en Angers, Francia. 

    Esperamos poder volver a tenerles por aquí, para presentar el libro sobre la  infancia que ha preparado Hicham, y la traducción al español del libro de Chadia, Las señoras de la fresa. 

    Escribir para viajar, viajar para escribir. 

    

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